Avistamiento de tortugas, atractivo turístico de Isla Cañas

La lluvia no fue impedimento para seguir la ruta hacía Isla Cañas, localizada al sur de la península de Azuero, en el distrito de Tonosí. El bote que condujo a los funcionarios de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) a este paradisíaco lugar ancló en el puerto que lleva el nombre de la isla, a eso del mediodía, cuando el fuerte aguacero perdía su intensidad.
La travesía se hizo en 30 minutos, luego de zarpar de puerto Caña. La isla, que ofrece 14 kilómetros de una espectaculares playa, está rodeada por más de 1,200 hectáreas de manglares de las especies mangle rojo, blanco, mariangolo, botón y piñuelo. Es el panorama que los turistas o visitantes observan hasta llegar a tierra firme.
En toda la isla habitan 700 personas, que se dedican a la pesca, a la agricultura y al turismo ecológico, medio de sustento de sus moradores. El lugar es un destino perfecto para practicar el turismo ecológico, ya que la principal actividad turística consiste en la observación de tortugas marinas, desde julio hasta noviembre.
Hay dos puertos para el arribo de turistas, Caña e isla Cañas, ubicados en dos pueblos diferentes, en el distrito de Tonosí. Unos 600 metros se tendrían que caminar cuando la marea desciende, explicó, Daniel Pérez, del Grupo Isla Cañas Tours, quien fue el guía durante el recorrido de los funcionarios de la Autoridad de Turismo por el sector.
Los moradores han habilitado cabañas familiares donde se hospedan los turistas procedentes en su mayoría de Europa. La isla es un corregimiento que cuenta con agua potable, luz, escuelas, centros de salud, estación de policía y restaurantes.
El servicio de luz eléctrica pasa por debajo de los manglares en tuberías hasta llegar al primer poste de luz, que suministra el fluido a toda la comunidad, igual ocurre con la dotación de agua potable.
Aunque es un área suburbana, la isla, declarada refugio de vida silvestre, cuenta con todos los servicios básicos para atender a los visitantes, aseguró Olmedo Pérez, representante del corregimiento de Isla Cañas.
“Este lugar tiene potencial turístico, lo que necesitamos es promoción, para que poco a poco logre ser un atractivo por todo lo que ofrece su entorno”, remarcó a la vez resaltó que es la primera vez que funcionarios de turismo se interesan en conocer las bondades de la isla.
Indicó que isla Caña “es un lugar donde el turista viene de una ciudad de cemento a encontrarse con el paraíso, con la naturaleza, con el mundo marino y muchos de ellos regresan”.
La isla es hogar también de especies de aves marinas como pelícanos, fragatas, garzas y mamíferos como monos, gatos de manglar y mapaches.
¿Pero qué atrae del lugar a los turistas?--- “Las tortugas”---, aseguró Pérez, el guía de turistas, quien creció y se crió en la isla. “La gente llega a este paradisíaco lugar no para ver sus caminos y conocer las costumbres del pueblo sino por las tortugas”.
A nivel mundial, Panamá cuenta con dos playas de las once, certificadas, donde ocurren masivamente las arribadas de tortugas de diferentes especies, ellas son isla Caña y La Marinera, ambas localizadas en Tonosí, provincia de Los Santos.
El grupo de las tortugas de las especies baula, carey, verde o negra del Pacífico, caguama y golfina u olivácea, llegan a los 14 kilómetros de playa de isla Caña protegida para el desove (depósito de huevos) .Los turistas nacionales y extranjeros tienen la oportunidad de presenciar, en horas de la noche, este maravilloso espectáculo, entre los meses de julio hasta noviembre.
Según Pérez, estas tortugas han adoptado la forma de desove masivo para asegurar la supervivencia de una gran cantidad de nidos que se observan a lo largo de estas playas.
El saqueo de los huevos en las nidadas de las tortugas , ha puesto en peligro crítico de extinción de las tortugas carey y baula, cuya carne es comercializada ilegalmente y los caparazones son utilizados para elaborar artesanías y otros productos.
Cada tortuga puede poner de 85 a 105 huevos en una sola noche. Los nidos de huevos que se forman fuera del área protegida por Miambiente y la Policía Nacional son recogidos en bolsas cuidadosamente y trasladados a los viveros artificiales de Pachamama y Venancio, ubicados en la isla.
Luego son sembrados y protegidos de los depredadores por una malla o red antiácido y los nidos identificados con el nombre de la especie de tortuga, cantidad y fecha de desove, a fin de conocer el día de reproducción. Después de su nacimiento, las crías son devueltas al mar.
Unos 9 mil 554 huevos de tortugas, en venta clandestina, han sido decomisados por las autoridades de policía, en los últimos meses, en la provincia de Los Santos.
Durante el recorrido por la isla, el administrador de la Autoridad de Turismo, Gustavo Him, acompañado por una comitiva de la entidad, camino varios kilómetros, hasta llegar al vivero artificial de Pachamama, donde conoció la forma de reproducción y conservación de estas especies marinas, protegidas por el riesgo de su extinción.
El funcionario anunció que la ATP iniciará acciones para promocionar la isla, que cuenta con un producto maduro y conocido internacionalmente como el avistamiento y viveros de tortugas. “Vamos a darle ese apoyo a la comunidad, para incrementar la llegada de turistas y será tema para las dos agencias de publicidad que contratamos, para dar a conocer los atractivos turísticos del país.”
Este mes es la temporada buena para el turismo ecológico, por el avistamiento de tortugas, aseguró Pérez, que pertenece al grupo de Isla Cañas Tours, que se ha dedicado, por años, a la conservación de las tortugas y trabajan el turismo sostenible y observación de manglares y aves.
El lugareño detalló que el 50% de las personas que llegan a la isla son extranjeros, que han escuchado hablar en su país del lugar y el otro 50% son nacionales, entre ellos estudiantes de turismo de universidades de Panamá interesados en realizar estudios en la zona.
Hay un grupo de la comunidad que se dedica a la agricultura, a la producción de sandía que crece en la arena y se exporta a Costa Rica y Nicaragua. “Esta fruta es perfecta, redonda y muy dulce y la consumen mucho los turistas que llegan a la isla a observar las tortugas marinas.
Desde noviembre hasta mayo se produce una gran cantidad de frijoles y arroz y es la zafra de la sandía. Sin embargo, para un pueblo rodeado de agua, el arribo de tortugas marinas es el tesoro más preciado, el cual defenderán, a toda costa, para preservar su especie.
La travesía se hizo en 30 minutos, luego de zarpar de puerto Caña. La isla, que ofrece 14 kilómetros de una espectaculares playa, está rodeada por más de 1,200 hectáreas de manglares de las especies mangle rojo, blanco, mariangolo, botón y piñuelo. Es el panorama que los turistas o visitantes observan hasta llegar a tierra firme.
En toda la isla habitan 700 personas, que se dedican a la pesca, a la agricultura y al turismo ecológico, medio de sustento de sus moradores. El lugar es un destino perfecto para practicar el turismo ecológico, ya que la principal actividad turística consiste en la observación de tortugas marinas, desde julio hasta noviembre.
Hay dos puertos para el arribo de turistas, Caña e isla Cañas, ubicados en dos pueblos diferentes, en el distrito de Tonosí. Unos 600 metros se tendrían que caminar cuando la marea desciende, explicó, Daniel Pérez, del Grupo Isla Cañas Tours, quien fue el guía durante el recorrido de los funcionarios de la Autoridad de Turismo por el sector.
Los moradores han habilitado cabañas familiares donde se hospedan los turistas procedentes en su mayoría de Europa. La isla es un corregimiento que cuenta con agua potable, luz, escuelas, centros de salud, estación de policía y restaurantes.
El servicio de luz eléctrica pasa por debajo de los manglares en tuberías hasta llegar al primer poste de luz, que suministra el fluido a toda la comunidad, igual ocurre con la dotación de agua potable.
Aunque es un área suburbana, la isla, declarada refugio de vida silvestre, cuenta con todos los servicios básicos para atender a los visitantes, aseguró Olmedo Pérez, representante del corregimiento de Isla Cañas.
“Este lugar tiene potencial turístico, lo que necesitamos es promoción, para que poco a poco logre ser un atractivo por todo lo que ofrece su entorno”, remarcó a la vez resaltó que es la primera vez que funcionarios de turismo se interesan en conocer las bondades de la isla.
Indicó que isla Caña “es un lugar donde el turista viene de una ciudad de cemento a encontrarse con el paraíso, con la naturaleza, con el mundo marino y muchos de ellos regresan”.
La isla es hogar también de especies de aves marinas como pelícanos, fragatas, garzas y mamíferos como monos, gatos de manglar y mapaches.
¿Pero qué atrae del lugar a los turistas?--- “Las tortugas”---, aseguró Pérez, el guía de turistas, quien creció y se crió en la isla. “La gente llega a este paradisíaco lugar no para ver sus caminos y conocer las costumbres del pueblo sino por las tortugas”.
A nivel mundial, Panamá cuenta con dos playas de las once, certificadas, donde ocurren masivamente las arribadas de tortugas de diferentes especies, ellas son isla Caña y La Marinera, ambas localizadas en Tonosí, provincia de Los Santos.
El grupo de las tortugas de las especies baula, carey, verde o negra del Pacífico, caguama y golfina u olivácea, llegan a los 14 kilómetros de playa de isla Caña protegida para el desove (depósito de huevos) .Los turistas nacionales y extranjeros tienen la oportunidad de presenciar, en horas de la noche, este maravilloso espectáculo, entre los meses de julio hasta noviembre.
Según Pérez, estas tortugas han adoptado la forma de desove masivo para asegurar la supervivencia de una gran cantidad de nidos que se observan a lo largo de estas playas.
El saqueo de los huevos en las nidadas de las tortugas , ha puesto en peligro crítico de extinción de las tortugas carey y baula, cuya carne es comercializada ilegalmente y los caparazones son utilizados para elaborar artesanías y otros productos.
Cada tortuga puede poner de 85 a 105 huevos en una sola noche. Los nidos de huevos que se forman fuera del área protegida por Miambiente y la Policía Nacional son recogidos en bolsas cuidadosamente y trasladados a los viveros artificiales de Pachamama y Venancio, ubicados en la isla.
Luego son sembrados y protegidos de los depredadores por una malla o red antiácido y los nidos identificados con el nombre de la especie de tortuga, cantidad y fecha de desove, a fin de conocer el día de reproducción. Después de su nacimiento, las crías son devueltas al mar.
Unos 9 mil 554 huevos de tortugas, en venta clandestina, han sido decomisados por las autoridades de policía, en los últimos meses, en la provincia de Los Santos.
Durante el recorrido por la isla, el administrador de la Autoridad de Turismo, Gustavo Him, acompañado por una comitiva de la entidad, camino varios kilómetros, hasta llegar al vivero artificial de Pachamama, donde conoció la forma de reproducción y conservación de estas especies marinas, protegidas por el riesgo de su extinción.
El funcionario anunció que la ATP iniciará acciones para promocionar la isla, que cuenta con un producto maduro y conocido internacionalmente como el avistamiento y viveros de tortugas. “Vamos a darle ese apoyo a la comunidad, para incrementar la llegada de turistas y será tema para las dos agencias de publicidad que contratamos, para dar a conocer los atractivos turísticos del país.”
Este mes es la temporada buena para el turismo ecológico, por el avistamiento de tortugas, aseguró Pérez, que pertenece al grupo de Isla Cañas Tours, que se ha dedicado, por años, a la conservación de las tortugas y trabajan el turismo sostenible y observación de manglares y aves.
El lugareño detalló que el 50% de las personas que llegan a la isla son extranjeros, que han escuchado hablar en su país del lugar y el otro 50% son nacionales, entre ellos estudiantes de turismo de universidades de Panamá interesados en realizar estudios en la zona.
Hay un grupo de la comunidad que se dedica a la agricultura, a la producción de sandía que crece en la arena y se exporta a Costa Rica y Nicaragua. “Esta fruta es perfecta, redonda y muy dulce y la consumen mucho los turistas que llegan a la isla a observar las tortugas marinas.
Desde noviembre hasta mayo se produce una gran cantidad de frijoles y arroz y es la zafra de la sandía. Sin embargo, para un pueblo rodeado de agua, el arribo de tortugas marinas es el tesoro más preciado, el cual defenderán, a toda costa, para preservar su especie.