El avión de Donald Trump

17 de Enero de 2017 5:38pm
periodista
El avión de Donald Trump

El presidente electo de Estados Unidos tiene avión privado, un Boeing 757 cuyo costo estimado es de 100 millones de dólares. Está personalizado al estilo de su propietario: un tanto excéntrico, acuñado con la marca Trump en el fuselaje. No es su única aeronave, tiene otras, incluidos helicópteros.

Donald Trump es un popular multimillonario de bienes raíces, famoso por su protagonismo televisivo (en el conocido programa “El Aprendiz”, reality show del que fue presentador, narrador y juez, además productor ejecutivo) y sus affaires amorosos (el divorcio con la madre de tres de sus hijos, Ivana Marie Zelnícková, le costó 25 millones de dólares). Hoy nuevo presidente de Estados Unidos.

Entre sus medios de transporte, se destaca el Boeing 757 “Trump”. El avión fue comprado por Trump al cofundador de Microsoft Paul Allen, en el 2011, y luego personalizado para adaptarlo al estilo de Trump. Tiene instalados los más modernos equipos electrónicos y se identifica rápidamente por tener a cada lado del fuselaje, el logotipo de la familia.

Cuenta con dormitorio privado, donde resaltan un enorme televisor pantalla plana y un escritorio. El dormitorio está provisto de doble armario, uno para Trump y otro para su actual esposa Melania. El baño privado es digno de la realeza, con lujosa ducha circular y lavatorio, todos los grifos son chapados en oro. La cabina principal cuenta con cómodos sofás.

Para viajar hay confortables butacones tapizados en cuero con sus cinturones de seguridad y una pantalla táctil individual incorporada en cada butaca con todo lo necesario para no aburrirse. En el salón hay también una mesa para reunirse y tratar asuntos de negocios y, en un extremo, el gran televisor en el cual se ven las imágenes a tamaño real.

El Boeing 757 es un birreactor de corto y medio alcance que fue la “carta de triunfo” de la compañía en los años 80. Se hizo a la par de su versión mayor, el Boeing 767, con las mismas características y la tecnología más avanzada. Entró en servicio en 1983 para ir sustituyendo al trirreactor Boeing 727, que tenía mayor consumo y menos capacidad.

El avión de Trump utiliza turborreactores Rolls-Royce RB 211-535 (no los propulsores norteamericanos Pratt & Whitney), los más grandes del mercado que le permite una autonomía de más de 4 300 km a una velocidad crucero de 0.80 Mach. Además de este, tiene un avión ejecutivo (más pequeño) y dos helicópteros, todos con su logo en el fuselaje.

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